sábado, 10 de mayo de 2025

Lo que somos fuera del algoritmo: #1 Tiempo de detenerse

Bienvenido a lo que somos fuera del algoritmo.
#1 Tiempo de detenerse
Un viaje personal para reconectar con el tiempo, la contemplación y el asombro.
Hugo Marroquín

 
Esto que vi. Heima de Sigur Rós: un documental para reconectar con la contemplación.
Quizás fue después de la pandemia que mi inquietud sobre la falta de atención se intensificó. Desde el amigo que mira el celular constantemente mientras tomamos un café, los colegas del trabajo cuando estás presentando algo, hasta la violencia verbal e intolerancia de las redes sociales por la incapacidad de la gente de entender, contextualizar o discernir.

Dice Johann Hari en su libro El valor de la atención (Planeta, 2023): "Vivimos una grave situación de crisis de atención. Un estudiante cambia de tarea cada 65 segundos, un adulto en una empresa cada 3 minutos, niños de 4 o 5 años son incapaces de escuchar un cuento sin levantarse."

Detenernos largo rato parece cada vez más difícil. Esto avanza tan rápido, corremos frenéticamente cada día. En Vida contemplativa (Taurus, 2023) Byung-Chul Han reflexiona largo y tendido. Y le he disfrutado tanto porque no sólo encontré palabras a ideas que comparto sino la búsqueda de una salida.

Entonces, toca salir a descubrir, reaprender tantas cosas. Como aquellas tardes en los años 90 cuando salía a jugar con los amigos del barrio o en bicicleta con los compañeros de la escuela sin que mis padres supieran dónde andaba yo exactamente, sin posibilidad de rastrearme. Volver, aunque sea momentáneamente, a esa libertad.

Hacer esto en tantas de nuestras ciudades latinoamericanas ya no es quizás una opción. O no para los adolescentes. Pero hace tanto ya que dejé esa edad. Añoro aquella libertad, aquellos aburrimientos, la vida desconectada.

En los últimos años he disfrutado más que nunca de caminar. Andar horas por la ciudad, sobre todo en esos domingos de ciclovía bogotana cuando la ausencia de carros reduce el ruido constante del ambiente. Camino, miro y escucho. Me gusta escuchar audiolibros, pódcast, entrevistas o a Sigur Rós.

Sigur Rós, la música que me ha acompañado en tantas noches de escritura desde que escribí Los años de los amantes en 2014. Y también en largas caminatas. Es de un efecto casi hipnótico para mí, quizás por no entender ni una sola palabra del islandés es que todo lo escucho como una vocalización peculiar y hermosa.

El documental Heima de Sigur Rós fue grabado durante una gira de esta banda por Islandia en 2006 que pasó por 16 locaciones de la isla, desde amplios parques hasta pequeñas salas. De hecho, fue el primer filme en debutar en streaming en vivo en YouTube.

Para mí, escuchar a Sigur Rós es transportarme a una dimensión diferente, una donde los colores del cielo se parecen a mi melancolía, donde el aire recorre mi cuerpo como las caricias que he olvidado y a veces me visitan en sueños como huéspedes inesperados. Un espacio donde las nostalgias caen como agua de lluvia, donde los recuerdos se deforman como lodo pisado por caminantes casi exhaustos de no ganarle una a la vida.

Islandia es también un lugar místico en mi mente, un destino deseado desde hace tantos años y a la fecha aún no alcanzado. He pensado mucho en cómo el frío glacial, el aislamiento en el mar del norte, la geografía volcánica –con tierra tan oscura–, la oscuridad de los inviernos o el sol –que quizás ni calienta– de los veranos, define a los seres humanos que ahí nacen y crecen.

En Heima es posible acercarse a algunos de ellos, los asistentes de los conciertos. Ver sus edades –tan variadas y distantes–, su blancura –tan uniforme–, su ropa, sus suéteres en verano. Y los paisajes. La mágica Islandia de mis sueños. Los fragmentos de paisajes que componen el imaginario en el que me desplazo.

La música de Sigur Rós es como el vaho que te deja escribir sobre un espejo palabras que en minutos habrán de desaparecer, pero cuando te reflejes en él estarán ahí para ti. Sabrás que la extraña fusión de voz humana e instrumentos musicales es un refugio, al que muchas veces querrás volver.

Te propongo encontrar un par de horas en tu vida para salir y hacer una caminata con música. Lleva solo audífonos y pon Heima… y cuéntame entonces cómo ha sido para ti.

Esto que leí. Ánima de Wajdi Mouawad: la brutalidad humana narrada por animales.
Mi primera declaración de sesgo es que AMO a Wajdi Mouawad. Es él alguien a quien admiro profundamente por el efecto que tantos de sus trabajos han tenido para y cómo a lo largo de tantos años me ha acompañado.

Leí su novela Ánima (Destino, 2014) cuando se lanzó en español y la consideré mi mejor libro de ese año. Una década después sigue resonando en mi mente. Mi ejemplar original sigue guardado en una caja en casa de mi madre esperando que, como el personaje principal de esta novela, termine su recorrido. El segundo ejemplar que compré años después en Colombia, por la pura necesidad de sentirlo cerca en mi vida, lo presté… y ya imaginarás qué sucedió.

Como solo Wajdi es capaz de lograr, Ánima es una inmersión a la condición humana, a sus deseos —sean oscuros, perversos o luminosos y poéticos—, a la violencia en su faceta más cruel y brutal.

Ánima de Wajdi Mouawad es una novela fuera de lo convencional, intensa, visceral y conmovedora que sigue los pasos de un hombre en búsqueda de venganza tras el brutal asesinato de su esposa, narrada desde la perspectiva de diversos animales. Es, sin duda, un libro sobre violencia y redención que te llevará a un lugar donde ningún algoritmo podría.

Temas principales de Ánima de Wajdi Mouawad:
Explora (1) los efectos devastadores de la violencia y el trauma. El deseo de venganza es el catalizador del protagonista. (2) El perdón como destino, la redención como posibilidad para sanar. (3) La condición humana vista y contada desde la mirada de gatos, perros, palomas, ratas, caballos, serpientes, ciervos o cuervos y la visión única que cada uno de estos aporta desde su relación con el lenguaje, las palabras, la sensibilidad y sus características.

Los animales observan y comentan sobre las acciones humanas, proporcionan una mirada externa que resalta tanto la brutalidad como la belleza. Una serie de narradores que quizás nunca habían sido protagonistas.

Los Animales como Narradores en Ánima
Por ejemplo, los gatos son sigilosos observadores, analíticos y detallistas. Los perros leales pero inseguros, protectores y a la vez emocionalmente vulnerables en su necesidad de cariño y por lo tanto de enlace con los humanos: "Sentí su dolor como si fuera mío, una lealtad inquebrantable me ataba a su sufrimiento."

Los cuervos y su carácter enigmático dan una visión mas oscura, reflexiva y hasta filosófica: "La oscuridad de su alma resonaba en el vacío del cielo nocturno, un recordatorio de las sombras que todos llevamos dentro."

Las palomas curiosas y efímeras, capaces de volar y ampliar la perspectiva de las cosas como ningún otro animal: "Desde las alturas, vi la ciudad con sus secretos, comunicando lo que otros no podían ver."

Y así el resto, sean los ratones en su fragilidad constante, los caballo majestuosos, los ciervos serenos y alertas o las serpientes astutas y enigmáticas: "Mi presencia pasaba desapercibida, pero mis ojos captaban cada susurro y cada secreto, tejiendo una red de verdades en medio de la oscuridad."

Esto que recomiendo. Baraka: un documental imprescindible para detener el tiempo.
La última vez que me senté a ver Baraka, casi 25 años después de aquella primera función en la Cineteca Nacional de la CDMX, volví a sentir esa conexión inmediata y recordé por qué me había impactado tanto entonces. Las imágenes volvieron a envolverme con la misma fuerza hipnótica de antes, y en mi mente reaparecieron no solo escenas de la película, sino también la persona que yo era en aquellos años noventa.

Era la Cineteca uno de mis lugares favoritos, de encuentro con mis amigos, de salidas con mi hermana, de tantas primeras citas que no llegaron a una segunda, ir a la Cineteca de Coyoacán era esa sensación de descubrimiento y diversión. Reencontrarme con Baraka fue traer ese pasado y, al mismo tiempo, descubrir nuevas miradas en el presente.

La diferencia es que ahora el contexto es otro: vivimos rodeados de pantallas pequeñas y bombardeados por contenidos breves; algoritmos invisibles compiten por cada segundo de nuestra atención. En esta era de hiperaceleración algorítmica, volver a Baraka se sintió como un respiro necesario.

Esa contemplación profunda –dejarse absorber por la imagen y la música, suspender el ritmo frenético del día a día– se vuelve un acto casi revolucionario. Como dice Byung-Chul Han, la contemplación es esencial para recuperar una conexión más profunda con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea; mirar sin prisas es una forma de resistencia frente a la dictadura de la velocidad.

Por eso, en este tiempo de detenerse, ver por primera vez o volver a ver Baraka (Ron Fricke, 1992) es una experiencia que recomiendo de todo corazón. No es una película convencional: es un poema visual sin palabras, filmado en 24 países, que te envuelve en una travesía sensorial y onírica.


No es solo verla; es permitirnos una pausa para maravillarnos, para viajar con la mente a rincones remotos del planeta y a la vez hacia nuestro interior. Son 96 minutos de asombro puro; la música, compuesta por Michael Stearns, intensifica esa inmersión. Es un alto en el camino que nos reconcilia con el silencio, con la lentitud, con esa capacidad de asombro que a veces parece diluirse en la prisa cotidiana; quizás, en medio del ruido algorítmico actual, ese sencillo acto de contemplar sea un pequeño gesto de rebeldía y, sin duda, un gran paso para reconectar con el tiempo y el asombro.

Esto que opinan.
Escribió Sebastián Fiorilli en Diario Red: "En un mundo donde el algoritmo decide, leer es un acto de insumisión. Frente al vértigo de lo inmediato, el libro ofrece pausa, profundidad, complejidad. Y lo hace sin pedir nada a cambio, salvo tiempo y atención; dos recursos que la modernidad capitalista ha convertido en lujos."

Viene a cuento porque es la reflexión que ha motivado este espacio y con tantas ferias de libro en Bogotá, Buenos Aires, Los Ángeles o León en México, es buen momento para pensar sobre la lectura.

"Por eso, y pese a todo, seguimos leyendo. Para no obedecer del todo, para revelarnos. Para sospechar de las verdades impuestas. Para recordar que, aunque el mundo sea injusto, también es narrable o versable. Y que en la palabra escrita —esa llama que pasa de mano en mano— vive aún la promesa de un mundo distinto."

Esto que pensaba.
Es mayo, mes de mi cumpleaños. Me acerco irremediablemente a números que me parecían lejanos, vivo en esa edad donde décadas antes imaginaba de otra manera. Y aquí estoy, cada día en un borde de tiempo que me muestra el abismo de mis dudas, incertidumbres y nostalgias.

Y me considero de los afortunados, de esos que tienen tanto por agradecer a la vida. Aún con las temporadas sombrías, las heridas que nunca terminaron de cerrar, el dolor de las verdades que llegaron demasiado tarde, el largo proceso de aprender a perdonar o lo irónico del olvido.

Ya no son pocos mis años. Siento que tampoco son muchos. Pero no sé cuántos faltan, así que tampoco sé si voy a la mitad del camino o estoy más cerca de la muerte de lo que creo. Hace poco un gran amigo, y también algunos años mayor que yo, me dijo "hoy día sé que tengo más pasado que futuro". Me pareció un poco fatalista cuando lo dijo, sin embargo, la frase quedó resonando en mi mente.

Mis inquietudes se van amoldando a la realidad. Extraño mi tierra, a mi madre, a mi hermana, a mis hermanos, a mis primas, mis tías y tíos, a mis amigos, a esos que están siempre ahí, esos que aún son la columna de mi vida. Los extraño tanto. Ya casi una década lejos de mi tierra azteca y entendí eso de "que digan que estoy dormido, y que me traigan a ti…". Amar a México es una cosa muy intensa y difícil de explicar.

Es todo esto que, como un remolino me hace despertar antes del amanecer, y con luces tenues me pongo a escribir. Porque me inquieta el mundo, el efecto de los algoritmos que nos encierran en cajas donde todo es tan cómodo, donde un video tras otro de YouTube es lo mismo, ningún algoritmo te da cada tanto algo radicalmente diferente, porque su ciencia dice que no te retendrá, que perderá esos valiosos minutos de tu atención que son su negocio.

Escribo esto, precisamente antes del amanecer. El bebé de la vecina llora. Escucho un par de aviones a lo lejos. Se oye el primer bus del día como un rumor lejano. También los pájaros cantan. La luz se cuela con más intensidad cada minuto. Y no he dejado de escuchar Heima. El tiempo se me ha venido encima, debo levantarme y correr.

Hoy es sábado 26 de abril, me espera una jornada de trabajo de al menos 15 horas. Este primer boletín debe salir el 2 de mayo. Así que si estás leyendo, sea hoy 2, 3 o cualquier otro día, que sepas que una mañana de sábado estoy yo aquí con medio cuerpo fuera de la cama, sintiendo un suave frío, con apenas una luz de lectura sobre mi teclado, con el iPad a mi lado izquierdo pues debí conectarlo y entonces tengo que girar la cabeza para leer lo que estoy escribiendo.

domingo, 8 de noviembre de 2009

El problema

Cierto día en un monasterio budista tibetano, encontraron muerto a uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un sustituto. El Gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quien sería el nuevo centinela.

El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, colocó una magnífica mesita en el centro de la enorme sala en la que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un jarrón de porcelana muy raro, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria belleza y dijo: "Aquí está el problema. Asumirá el puesto el primer monje que lo resuelva”.

Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de gran valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro.
¿Qué representaría?, ¿Qué hacer?, ¿Cuál es el enigma?  En ese instante, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y ... ¡¡ZAZ!! Destruyó todo de un sólo golpe.

Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo: - "Usted será el nuevo Guardián del Monasterio".
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No importa cuál sea el problema. Ni que sea algo lindísimo. Si es un problema, precisa ser eliminado, un problema es un problema, no importa que se trate de una mujer sensacional , o de un hombre guapo y maravilloso o de un gran amor que se acabó, por más hermoso que sea o haya sido, si no existiera más sentido para ella en tu vida, tiene que ser suprimida.

Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en el pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida.

Reza un refrán chino "Para que tú puedas beber vino en una copa que se encuentra llena de Té, es necesario primero tirar el té,  y entonces podrás servir y beber el vino."

Limpia tu vida, comienza por las gavetas, armarios, hasta llegar a las personas del pasado que no tienen más sentido y que están ocupando espacio en tu corazón.

El pasado sirve como lección, como experiencia, como referencia, sirve para ser recordado, no revivido. Usa las experiencias del pasado en el presente, para construir tu futuro. ¡Necesariamente en ese orden!

lunes, 7 de septiembre de 2009

Ahorrando vida

Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor, y porque no se tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera, y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos  a no abrir del todo las cortinas,  y porque no abrimos del todo las cortinas, luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.  Y a medida que nos acostumbramos a ello, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud...

Nos acostumbramos a despertar  sobresaltados porque se nos hizo tarde, a tomarnos el café corriendo  porque estamos atrasados, nos acostumbramos a no mirar para afuera, a leer el diario en el autobús  porque no podemos perder tiempo,  a comer un sándwich porque no da  tiempo para almorzar, a salir del trabajo ya de noche, a dormir en el autobús porque estamos cansados, a cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.

Nos acostumbramos a pensar que las personas cercanas a nosotros estarán siempre ahí y a creer que están bien, sin preocuparnos por averiguarlo,  a esperar el día entero  y finalmente oír en el teléfono: Es que hoy no puedo ir…  A ver cuándo nos vemos…  La semana que viene nos reunimos… A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta, a ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.  Si el cine está lleno nos acostumbramos y nos conformamos con sentarnos en la primera fila aunque tengamos que torcer un poco el cuello.

Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero,  nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.  Nos acostumbramos a ahorrar vida...  Que, de a poco, igual se gasta  y que una vez gastada, por estar acostumbrados ¡NOS PERDIMOS DE VIVIR!

Existe un dicho: "La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja"; El tiempo no se puede atrapar, mucho menos almacenar, nuestra existencia transcurre a gran velocidad, pero mientras tengamos vida, tenemos la oportunidad de cambiar nuestros hábitos, de tener una mejor calidad de existencia, de aprovechar y disfrutar cada respiro, cada latido de nuestro corazón.  No trasformemos nuestra vida en una rutina inútil que nos haga infelices.  Dios pone a nuestra disposición todos los elementos para ser seres felices, satisfechos y agradecidos por ese gran don, que con tanto amor nos ha sido otorgado.  La vida no hay que ahorrarla...  ¡HAY QUE VIVIRLA!

sábado, 5 de septiembre de 2009

¿Sabemos amar?

Necesitamos aprender a amar.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas como son y no como deseamos que sean.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas aun cuando ellas nos decepcionen.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas aun cuando no representen nuestro ideal.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas aun cuando nos hieran con palabras o acciones.

Es difícil, muy difícil, pero necesitamos aprender a amar.

Necesitamos aprender a ver, escuchar y sentir con el alma.
Ver, escuchar y sentir con el alma, lo que dicen los hombros caídos, los ojos evasivos, las manos inquietas y las palabras superficiales, la sonrisa fingida, la alegría simulada y la vanagloria exagerada de los que nos rodean.
Ver, escuchar y sentir con el alma, la angustia, la inseguridad, la soledad, el dolor de nuestro prójimo.

Es difícil, muy difícil, pero necesitamos aprender a amar y a perdonar.

Porque el verdadero amor perdona, echa fuera las tristezas y cura las cicatrices que las situaciones descritas pueden haber grabado en nuestro corazón. Porque el amor perdona y no alimenta heridas, no cultiva ofensas, olvida y extingue todo el dolor.

Es difícil, muy difícil, pero necesitamos aprender paso a paso, a amar, aceptar y perdonar a las personas.

Descubramos el valor que se encuentra dentro de cada vida, de todas las vidas.  Valores que han sido enterrados por el rechazo, la falta de comprensión, cariño y aceptación.  Valores que se han perdido por las experiencias duras vividas a lo largo de los años.

Necesitamos aprender a ver, escuchar y sentir las personas con el alma, las posibilidades que Dios le dio a nuestro prójimo.

Necesitamos aprender, pero ¡Es lento el aprendizaje! ¡Es difícil!
Necesitamos aprender entre tropiezos y errores.
Necesitamos aprender a amar, aceptar y perdonar a nuestros hermanos como Dios nos ama a nosotros.

Nosotros no somos como Dios desea que seamos, lo decepcionamos, nos apartamos de Su ideal, lo herimos y sin embargo, El nos ama incondicionalmente y nos perdona.

Necesitamos aprender a amar y perdonar a nuestro prójimo como El Señor nos ama y perdona a nosotros.

Mateo 5:44
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen.

Lucas 6:27
Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian.

Lucas 6:35
Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos.

Lucas 7:47
Por esto te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; pero la persona a quien poco se le perdona, poco amor muestra.

Lucas 10:25-37
Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerlo a prueba le preguntó: Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees? El maestro de la ley contestó: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo. Jesús le dijo: Has contestado bien. Si haces eso, tendrás la vida. Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Jesús entonces le contestó: Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante. También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante. Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva. Pues bien, ¿cuál de esos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos? El maestro de la ley contestó: El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: Pues ve y haz tú lo mismo.

Juan 3:16
Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.

Juan 13:34-35
Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.

Juan 15:9
Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo.

Juan 15:12
Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes.

1 Corintios 13
Si hablo las lenguas de los hombres y aun de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Y si tengo el don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun si entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve. Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo. El amor jamás dejará de existir. Un día el don de profecía terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. Porque los conocimientos y la profecía son cosas imperfectas, que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto. Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño. Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí. Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el AMOR.

martes, 1 de septiembre de 2009

La vida según Quino

“Pienso que la forma en la que la vida fluye está mal.  Debería ser al revés: Uno debería morir primero, para salir de eso de una vez.

Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen cuando ya no eres tan viejo para estar ahí.  Entonces empiezas a trabajar, trabajar por cuarenta años hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar tu jubilación.  Luego fiestas, parrandas, drogas, alcohol. Diversión, amantes, novios, novias, todo, hasta que estás listo para entrar a la secundaria…

Después pasas a la primaria y eres un niño que se la pasa jugando sin responsabilidades de ningún tipo.

Luego pasas a ser en bebé, y vas de nuevo al vientre materno y ahí pasas los mejores y últimos nueve meses de tu vida flotando en un líquido tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo…

¡Eso sí es vida!”

Quino (atribuído)

lunes, 31 de agosto de 2009

18 verdades jocosas

  1. Para evitar hijos, haga el amor con las cuñadas. ¡Solo nacen sobrinos!
  2. Todos los hongos son comestibles. Algunos solo una vez.
  3. Sea amable con sus hijos. Son ellos los que van a elegir el geriátrico.
  4. Nací pelado, desnudo y sin dientes. ¡Todo lo que venga, es lucro!
  5. Los amigos vienen y van, los enemigos se acumulan…
  6. Si el amor es ciego, es necesario palpar.
  7. Si la mujer fuese buena,Dios tendría una. Y si fuese de confianza, el diablo no tendría cuernos.
  8. El pan se quema, la leche se corta, y la mujer se embaraza porque no se sacan a tiempo.
  9. Algunos hombres aman tanto a sus mujeres, que para no gastarlas prefieren usar las de los amigos.
  10. Peor que una piedra en el zapato es un grano de arena en el preservativo.
  11. Si un día te sientes inútil o deprimido, recuerda esto: ¡hubo un día en que fuiste el espermatozoide más rápido del grupo!
  12. Los trabajadores más inútiles son sistemáticamente promovidos para el lugar donde pueden causar menos daños: la jefatura.
  13. Los jefes son como las nubes, cuando desaparecen queda un día lindo.
  14. ¿Qué lleva a los hombres a perseguir mujeres con las que no tienen intención de casarse? El mismo impulso que lleva a los perros a perseguir coches que no tienen intención de conducir.
  15. Las jerarquías militares son como los estantes, cuanto más altas ¡más inútiles!
  16. Tu futuro depende de tus sueños. No pierdas tiempo... anda a dormir.
  17. El amor es como la gripe: se pesca en la calle y se cura en la cama.
  18. Los hombres mentirían mucho menos, si las mujeres no preguntasen tanto.

jueves, 27 de agosto de 2009

Los hermanos y el río

Esta es la historia de un par de hermanos que vivieron juntos y en armonía por muchos años.

Ellos vivían en granjas separadas pero un día cayeron en un conflicto, este fue el primer problema serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua; comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.

Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero

-"Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso".

"Sí", dijo Luis, el mayor de los hermanos. "Tengo un trabajo para usted: Mire al otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros pero él desvío el cauce del arroyo para que quedara entre ambos. Él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más."

-"Creo que comprendo la situación", asintió el carpintero.

El hermano mayor ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó…

No había ninguna cerca de dos metros. En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.

En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo:
-"Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho".

Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas.
-"No, espera". "Quédate unos cuantos días tengo muchos proyectos para ti", le dijo el hermano mayor al carpintero.
-"Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir".

Muchas veces dejamos que los malentendidos o enojos nos alejen de la gente que queremos, muchas veces permitimos que el orgullo se anteponga a los sentimientos, aprende a perdonar y valora lo que tienes; recuerda que perdonar no cambia en nada el pasado pero si el futuro.

No guardes rencores ni sentimientos de amargura que solo te lastiman, te alejan de Dios y de las personas que te quieren, aprende a ser feliz y disfruta de las maravillas que Dios ha creado; Él te ama y desea que tengas una vida dichosa, llena de amor y armonía.