sábado, 5 de julio de 2025

Devenires, transformaciones y silencios.

Devenires, transformaciones y silencios.
 
A veces caminamos entre penumbras que nos impiden ver las posibilidades. Hasta que una verdad se revela y nos ilumina.

A veces un lugar es como un cuadro, una foto, del que entramos y del que salimos a lo largo de la vida.

A veces somos como una canción, otras como la pura melodía.

En este número encontrarás preguntas sobre lo que somos. Para mirar las veces que la vida nos pide ser alguien más. Y recordar que siempre podemos devenir otro.

La vida es una constante de toma de decisiones: muchas veces nimias como mover un mueble de lugar, otras, trascendentales como terminar una relación y reinventarnos desde la penumbra.

Pienso en esa primera etapa de honda oscuridad después de una ruptura. Cuando nos reencontramos con nosotros mismos como individuos, eso que había sido diluido entre horas compartidas y ahora reaparece como un extraño.

Que dura resulta la vida en medio del dolor: levantarse, ir al trabajo, sonreír por cortesía, no perder el control de pendientes. Seguir "como si nada, como si nunca, como si siempre".

¿Qué hacemos de nosotros cuando nos sumimos en el vacío de una habitación? O peor aún, cuando somos incapaces de mirar un cielo azul porque el velo de la tristeza nos lo impide.

Algo así vive Grace en Los Otros. Aislada en una isla lúgubre del Reino Unido con sus dos hijos, espera el regreso de su marido de la guerra.

Una oscuridad que no es solo metafórica. La enfermedad de sus hijos la obliga a impedir el paso del mínimo halo de luz. Mantiene un control obsesivo de cada cortina, cada rendija.

Sola, debe asumir todas las responsabilidades del hogar y, además, estar preparada por si el bando enemigo cruza el mar y llega a la isla.

¿Qué decisiones habrá enfrentado con la partida de su esposo? ¿Qué sucede en alguien que debe aprender a vivir en la penumbra? ¿Qué somos cuando debemos cuidar de alguien?

Todos tenemos épocas en las tinieblas. Días en que el cuerpo se mueve casi involuntariamente, porque la renta y los servicios no aceptan retrasos por tristeza. Los deberes caseros no se desvanecen con el dolor.

Devenimos autómatas que anhelan una tregua al dolor o la revelación pronta de una verdad.

Grace también espera. Pero algo en la penumbra conspira: cortinas que se abren solas, muebles desplazados, una pareja misteriosa que calma su soledad pero incrementa su sospecha. La tensión crece, las dudas son sombras que se mueven y el miedo es un vaho en su nuca.

En Los Otros, película de Alejandro Amenábar protagonizada por Nicole Kidman, ella es madre, guardiana y única protectora del hogar y sus hijos.

Y es la siniestra penumbra donde encontrará la revelación de una verdad que le cambiará el destino. Yo, como ella, aprendí que es ahí donde emergen las verdades más dolorosas. Y ninguna llega sin herir.

¿Qué hacemos cuando la verdad nos refleja algo que fuimos incapaces de ver?

Decidimos devenir otro.

La única certeza es que todo cambiará. Pero no se trata sólo del tiempo. Se necesita también un lugar: un marco que contenga lo que somos, lo que fuimos, lo que seremos.

Me resulta fácil encuadrar momentos de mi vida, incluso los lugares en los que he vivido. Y solo soy o existo cuando estoy presente.

Porque cuando regreso a algunos de esos lugares, es como entrar en una foto. Mirar lo que ha cambiado para ellos que siguen ahí, en el mismo sitio.

La cuestión es hallar un momento en la vida para lograr una perspectiva desde el tiempo y el espacio.

Aquí (Here) es una novela gráfica que me vuela la cabeza cada vez que la abro. Una sala de los años cincuenta es lo único en el cuadro. "¿A qué vine?" pregunta que una mujer realiza al entrar.

La sala se transforma: ahora son los años noventa. Un niño juega. A la siguiente página con los años treinta, hay un gato. La cámara no se mueve ni cuando la casa desaparece y solo queda el campo. Que antes fue bosque. Y aún más atrás hubo dinosaurios.


Aquí nos hace viajar en el tiempo. Sin orden aparente, pero al final seguramente estarás mirando a tu alrededor pensando en todo lo que ese exacto lugar pudo haber sido en tantas épocas.

Mientras en Los Otros el mundo de los vivos colisiona con el de los muertos, en Aquí es aquello que se observa a través de ese cuadro, la finitud de la vida, lo efímero de nuestra existencia y la urgencia de transformarnos siempre.

Aunque la mujer hace una pregunta como cuando se busca un objeto trivial, el hecho de ver pasar a tantos otros a lo largo del tiempo nos cuestiona: ¿A qué vine? ¿A quién vine a ser?

Recordamos que somos materia ocupando espacio. Que nuestra historia no es más grande o más pequeña que otras. Que somos. Que nos convertimos. Que vivimos.

La novela gráfica es sensacional. Se despliega como un mapa de capas: tiempo, memoria y un cuestionamiento existencial. Como las fotos que nunca cambiamos. Como los objetos que desechamos. Como la gente que un día fue importante pero veinte años después ni recordamos sus nombres.

Recién vi en el cine la adaptación cinematográfica. Ha sido muy bien lograda pues el reto no era menor. El final tiene un instante que le da una narrativa novedosa y distante respecto a la versión original gráfica. No hay forma de comparar uno con otro, y en este caso, el original es por mucho extraordinario.

Hoy estamos aquí. Nuestro espacio será ocupado por alguien más. Pero el momento nos pertenece. Vale la pena detenerse a pensar a qué venimos y en quien nos podemos convertir.

¿Quién habitará mi departamento el día que me vaya? ¿Quién ocupará mis espacios cuando ya no sea este que hoy soy?

Esto que escuché
Hay un yo que lucha por deshacerse de la educación sentimental de las baladas románticas de los años ochenta y noventa.

Alguna vez fue como Céline. No en su momento luminoso del Hymne à l'Amour en la Torre Eiffel para inaugurar las olimpiadas de París 2024.

Sino la Céline desesperada de los años noventa que canta todo lo que está dispuesta a hacer para que el otro la siga amando.

Literalmente —y sin pudor— dice: Je deviendrai ces autres qui te donnent du plaisir. O sea: Me convertiré en esas que te dan placer.

Y no para ahí. Como siente que pierde al hombre, barre con su dignidad el piso que el otro deja. Tremendo contraste con la soberbia de sus cuerdas vocales y la letra que básicamente dice "seré cualquiera mientras esa te retenga".

Hasta brujerías del África le ha de ofrecer. Pour que tu m'aimes encore es la canción.

Pero sin ese qué-sé-yo que tiene el francés y más en nuestro cuadrante Ana Gabriel aconseja a su amiga Vicky Carr arrastrarse más duro contra la banqueta para básicamente no ser una looser pensando que ya le ha dado suficiente.

Porque si él se va, lo habrá perdido y sólo le quedará lo que ha vivido porque son Cosas del Amor.

Me divierte reencontrarme con tantas canciones del pasado que bajo el cristal de la actualidad vemos con horror que la dignidad no nos da sus mejores momentos. Y probablemente fuimos esa persona.

¿Quién quiere volver a ser esa persona que mendiga migajas de amor? Quizás vuelva a ser tema con mi psicólogo.

En fin. Cada generación ha de descubrir en su pasado las canciones que explican esos momentos donde la mente cuando baja la marea por puro instinto de conservación intenta cauterizar cada huella que deja atrás el paso del amor.

Esto que recomiendo
Louis regresa al hogar familiar doce años después para anunciar su muerte. Se sienta a la mesa rodeado de su familia. A su lado Catherine, la cuñada, le mira con una ligera y cortés sonrisa, de esas que damos cuando cruzamos miradas, asintiendo tan apenas la cabeza como quien pregunta ¿cómo estás?

Él responderá sin palabras, con apenas la mirada. Sí, está muriendo y ha venido a decirlo. La mirada de Catherine se oscurece ante el horror que los ojos del otro le han revelado.

¿Quiénes somos cuando debemos dar las noticias más terribles? ¿En qué nos convertimos cuando somos mensajeros de dolor y pena?

Le acompaña también su hermana pequeña, que tanto le admira; su hermano mayor, que tanto resentimiento le guarda; y su madre, que no sabe bien cómo comunicarse con él.


Solo el fin del mundo de Xavier Dolan (de quien soy un gran admirador) es una película de una carga emocional enorme, imposible de resumir sin traicionarla. Tiene además un elenco insuperable: Vicent Cassel, Marion Cotillard y Gaspard Ulliel.

Llegas aquí, nos miras como si fuéramos bichos raros. Pero, ¿qué sabes tú de nosotros? ¿Qué puedes saber de nuestras vidas? ¡No sabes nada de nosotros! ¿Qué puedes saber de nosotros?

Pienso en ella porque yo también me fui, hace casi una década. Puse más de 3,500km de distancia. Cargo el peso de ser ausente, de ver pasar la vida, de mirar aquello que se queda estático. Nunca hay demasiado tiempo para navegar con palabras el pasado, para arreglarnos, para mirarnos en esos otros que hemos devenido. Y apelamos al que conocimos, al que vimos tantos años.

Louis y su familia se sientan en la mesa y las primeras palabras son la insinuación de reconocer al que resulta extranjero. No es sólo el tiempo y la distancia lo que nos cambia. También es la confrontación con una nueva cultura. Nos obliga a desarrollar otras herramientas, adoptar otros códigos, y algunas veces, ser otro al que sus seres más queridos desconocerán.

Yo en Colombia soy otro. Digo chimba en vez de chido; chimbo en vez de chafa; tengo arepas en la nevera pero también tortillas en el refri. Saludo diciendo "¿qué más?" sabiendo que no estoy pidiendo nada más. Aprendí a no dar papaya en la calle, a camellar en la oficina, a sacarle la leche a las cosas. Pero también aprendí a abrazar del lado opuesto al saludar, a reconocer los estratos con sólo una dirección.

Hay una incondicionalidad fascinante en las familias. Aunque también idealizaciones y resentimientos. Oportunidades perdidas, incapacidades perennes.

Y es probablemente la familia quien más nos acepte, pero también a quien más le cuesta asumir que cambiamos.

Juste la fin du monde, título original en francés, alude a la enfermedad terminal de Louis en el sentido literal; pero es también el fin del mundo familiar, porque su visita lo destroza y su próxima ausencia dejará ese vacío.

Habrá tantas veces que nuestra vida se sostendrá con alfileres, que resulta inevitable pensar: ¿en quién nos convertimos cuando sentimos nuestras tragedias como el fin del mundo? Quizás, solo desde otro lugar podemos entenderlo.

Este newsletter es gratuito. Suscríbete con tu correo electrónico y recíbelo quincenalmente.

Escribo este texto en un tren rumbo a Bélgica. Vuelvo a una tierra que no es mía, pero guarda el mito fundacional de mi vida adulta.

Hace casi treinta años vine por primera vez. Atendí el llamado a esta aventura porque algo dentro de mí sabía que habría de encontrar. ¿Qué? No lo sabía con claridad, era un impulso incontrolable, ya dentro de mí sabía que no quería más ser quien era.

Perdí una falange en un accidente cuando tenía un año. Desde ahí comencé a ser diferente. Me acostumbré a ocultarlo, a esconderme. Quizás pude haber sido otro niño, haber comprendido el mundo desde otro lugar.

No fue así. Hasta que llegué a Bélgica. La broma de un compañero al saludarme y notar mi dedo no se sintió como las burlas crueles que hubo antes.

En esa mirada del otro descubrí el camino para, yo mismo, ser otro. Inicié un nuevo rumbo en mi vida, y esta tierra se convirtió en una suerte de segundo nacimiento.

Esa es la génesis de quien elegí ser. Pensar que todo pasa —quizá tarde años— pero llega. Y la felicidad sucederá, a ratos, durante el trayecto.

Treinta años después sigo regresando, o como se dice en francés: je rentre. Mis amigos en México se sorprenden de que dedique tiempo, energía y dinero en volver a un lugar tantas veces visto.

Para mí viajar no se trata de sólo el descubrimiento, sino también del reencuentro. Porque estamos más al día con los cambios, con esos otros que devenimos. Nos reconocemos sin apelar a un pasado demasiado lejano.

Vuelvo para ser quien puedo ser aquí y no soy en otros lugares. Pues cada sitio contiene el marco de posibilidades para ser alguien. Como cuando pongo la cabeza en el regazo de mi madre y vuelvo a ser hijo. O hermano que habla de la vida entera con su hermana. Soy amigo, tío, primo, compañero, pareja, confidente, escritor, jefe o empleado.

También soy fuerte, creativo, amoroso y a ratos vulnerable, temeroso e inseguro. Soy alguien cuando hablo en francés y con lo que puedo expresar en esa lengua, siempre lejos de quien soy cuando hablo español y puedo decir mucho más.

Intenté muchas veces ser Enrique, mi segundo nombre, sin éxito. También ser Hugo-Enrique, pero tampoco pude. Entendí que era Hugo. Como si nada, como si nunca, como si siempre.

Soy un Hugo en el día, a veces varios en las noches. En compañía o en solitario, hay versiones de mí que toman lugar. Algunas se manifiestan poco y otras lo hacen con más frecuencia. En estas me reconozco más.

Mi nombre es un mosaico de otros y otredades: fuente y cimiento de mi esperanza.

Sé que todo habrá de cambiar. Espero estar tan atento como a tiempo. Dispuesto y asertivo. Y tener siempre la oportunidad de preguntarme, sin miedo: ¿quién más puedo ser?

miércoles, 2 de julio de 2025

Despertar

De Antonio Barba

No es fácil salir de la Matrix, pero no me voy a volver a dormir….

Sí, cambié. Y no me pienso disculpar por eso…

Nadie te dice lo cabrón que es despertar. Neta.
Uno cree que cuando empiezas a sanar, a cuestionar todo lo que te enseñaron, y a vivir desde la conciencia, el mundo se va a poner más bonito.
Spoiler: no. Se pone más real. Y eso a veces duele más que vivir dormido.

Decidir despertar duele.

Duele más que quedarse dormido, eso te lo puedo asegurar. Porque cuando estás dormido no te das cuenta de nada… ni de lo que cargas, ni de lo que entregas, ni de cómo te estás desgastando por sostener una vida que no es tuya.

Porque cuando estás en la Matrix ….. esa vida automática, reactiva, donde todo es aparentar, sobrevivir y repetir patrones…. al menos te sientes acompañado porque Hay un chingo de gente ahí XD… Pero cuando decides salirte de esa burbuja… te enfrentas a todo. A ti, a los otros, a tus heridas, a tu sombra, a la soledad.

Te das cuenta de que muchas cosas que hacías que eran "normales" no venían desde el amor, venían desde el miedo. Miedo a no ser suficiente. Miedo a que no te quieran. Miedo a quedarte solo. Y entonces entendi por qué todo el tiemponpo me sentia vacío, por qué lo dabas todo incluso cuando tú ya no tenía nada… me rompía por complacer, por encajar, por ser el bueno, el noble, el incondicional.

Y cuando decídi tomar las riendas de mi vida, cuando empecé a poner límites, cuidarme, priorizarme, algo cambia. Y lo más cabrón… es que la gente que bienn podrian tenerer la etiqueta de "amigos"" familia, etc… no lo celebra. Al contrario.

Porque antes te vaciabas. Dabas todo, sin filtro, sin medida. Aunque te estuvieras quedando sin nada tú. Y ni siquiera lo notaba porque pensaba que así se demuestra el amor, ¿no? Tragando mierda, callando lo que sientes, siendo "el fuerte", el que tiene todo vajo control….

Y cuando de repente decides ponerte primero, cuidar tu energía, alejarte del drama, decir "ya no quiero esto pa' mí", la banda se ofende.

"¿Qué te pasó?"
"Antes eras más buena onda."
"Ya cambiaste."
"No eras así."

Y sí. Cambié. Porque antes me mataba por dentro para hacer felices a otros. Porque antes confundía amor con sacrificio. Porque antes me callaba para no incomodar, para no romper la armonía, para seguir perteneciendo. Para volverme necesario y así no quedarme solo 

Pues no, ya no soy así. Porque así me estaba rompiendo. Así me estaba traicionando. Así me estaba apagando poquito a poco.

Pero lo más rudo es cuando viene de tu familia…. A las personas que más quisiste… que prefieren quedarse en el drama, en el juicio, en el chisme, que cuestionar por qué su mundo se siente tan vacío, y te exigen llenarlos dandote a ti la respuesta ondabilidad de subpropio bienestar…

te hacen sentir que tú eres el malo por alejarte de un ambiente tóxico que ellos no quieren ni tocar, mucho menos cambiar.
Y sí, duele. Porque uno no deja de querer. Pero aprendi a verdaderamente amarme yo…

Me tocó que me vieran como el egoísta, el rebelde, el que "ya se cree mucho" por ir a terapia, por meditar, por poner límites, por decir "hasta aquí". Pero prefiero eso, a volver a vivir en automático, a seguir cargando lo que no es mío, a quedarme donde no soy libre.

Pero no me arrepiento.

Porque aunque duele, aunque a veces me sienta como un bicho raro en un mundo anestesiado, sé que este es el camino. La conciencia no es cómoda, pero es real. Y la libertad, esa que nace de vivir en coherencia, no tiene precio.

Porque despertar no te hace mejor que nadie, pero sí te hace más responsable de ti. Y con eso, ya no puedes hacerte pendejo.

Y sí, cuesta… pero no me pienso volver a dormir.
Prefiero ser el raro, el incómodo, el que "se fue por otro camino", el desviado, el loco, a seguir encajando en un molde que me estaba matando.

Hoy me elijo.
Hoy sigo apostando por la luz, aunque eso signifique perder a algunos por el camino.
Hoy me sostengo en mi verdad, aunque tiemble.
Porque este es el camino. Y sé que no vine a esta vida a complacer, vine a ser.

Y si para eso hay que romper con todo lo que me enseñaron… que se rompa!!! 

Y si tú que estás leyendo esto reconoces minhistiria tambien como tuya… quiero decirte que no estás solo. Somos menos, sí, pero aún somos muchos los que de verdad estamos despertando. Los que queremos tomar las riendas de nuestra vida, vivir con amor, por amor, y ser reflejo de ese amor para inspirar a otros. Los que buscamos mirar a todos con compasión, aunque estén dormidos todavía. Si tú también andas en ese camino —dudando, pero avanzando— aquí estoy y toda una tribu dispuesta a ofrecer no solo un espacio seguro sino una familia que esra despertando y yo mero te ofrezco mi apoyo y mi escucha sincera. Porque este despertar duele menos cuando se comparte con quienes vibramos en la misma sintonía 🥰🥰🥰
Mucho amor y conciencia para quien me haya leído hasta aquí y hasta para quien no aguanto este libro XD

viernes, 6 de junio de 2025

#3 Nunca le dije a mi papá

Hay padres que están y padres que no.
Hugo Marroquín
 
¿Qué queda de un padre cuando el tiempo lo borra? He visto gente que mantiene su imagen tan grande como un Dios; a otros que los idealizan y reviven de maneras en que la realidad no sucedió; otros están en paz con lo dicho y lo vivido.

En estas líneas no busco respuestas. Quiero contarte, como espectador, sobre otros padres, del cine, de los libros, de mi memoria.

El Padre
Hay películas que te quiebran. Que entran como cuchillos y exponen tus vísceras. Así fue con El Padre de Florian Zeller.

Simplemente, no te permite ser un llano espectador. Sin darte cuenta te sumerge poco a poco en la mente de un hombre a quien el tiempo se le ha mutilado y el espacio extravió su linealidad.

Yo, sentado en el cine, no me percaté que había entrado en la mente senil del personaje sino hasta que comencé a llorar. Porque en la pantalla vi a mi padre, recordé esos terribles últimos meses en los que la independencia y autonomía se le extinguieron.


Qué difícil es comprender esas decadencias que terminan por someter a nuestros otrora héroes. Porque eso es un padre: aspiración y proyección. Y lo que le exigía a él, hoy me lo exijo a mí.

"Puse mis manos en tus hombros débiles. Toda la fuerza había desfallecido en tus brazos, en la piel aún piel viva. Y te mentí. Dije aquello en lo que no creía. A la mirada amarilla, sofocada, le dije que todo lo serías y lo seríamos de nuevo. Y te mentí. Dije vamos a volver a casa, padre; vamos que yo llevo la camioneta, padre; solo mientras no puedas, padre; venga, ahora estás débil pero después, padre, después, padre. Te mentí. Y tú, sincero, pronunciando solo una mirada suplicante, una mirada que nunca podré olvidar."

Te me moriste (Minúscula, 2017) de José Luís Peixoto
Podemos llegar a ser muy injustos con los padres. Incapaces de sentir empatía por el lento descenso –que también nos llegará a nosotros–. Nos exasperamos cuando su oído reclama repetición, respondemos con impaciencia, gesticulando como si fueran imbéciles, cuando sólo piden que hablemos más alto, más pausado. Miramos con hastío sus obsesiones, como si fueran muy diferentes a las nuestras, como si no hubiéramos heredado tantas. Somos jueces indolentes, carentes de ternura. Nos plantamos como seres impolutos. Estúpidos, insolentes y engreídos.

Generalizo para sentirme menos solo. Para fustigarme menos. Creemos que a los 30 "comienzan a pasarnos cosas", y no es más que un meme. Con los 40 llegan los exámenes médicos periódicos. "No sé cómo no te has caído muerto de un infarto en la calle" me dijo un médico tras ver los niveles elevados de mis triglicéridos. Y los 50, aún arrogantes. Creemos saberlo todo, y sabemos tan poco.

El Padre –que originalmente es obra de teatro y que tuve la fortuna de ver en una adaptación al español en Bogotá– nos lleva por el caos y la confusión que significa caminar por esta ladera de la vida.

Te expone al vínculo afectivo desde la tesitura más escabrosa para un hijo: ser papá de tus papás. Mi hermana, que es sabia, me dijo cuando mi padre estaba a días —sin nosotros saberlo— de morir: es como cuidar a un bebé. Mi hermana logró trascender a la ternura, yo no.

Con lo que amo al teatro, debo decir que la película logra exponer de manera extraordinaria esa lentísima caída hacia el ocaso. Y en un imperceptible cambio de detalles en las imágenes se dirime la hecatombe de la ineludible orfandad. Una obra maestra.

Padres frente al vacío
Algo cercano al apocalipsis me sucedió 15 años antes de la pandemia. Fue cuando mi padre murió. Me desmoroné en una soledad inmensa, de esas que no caben en la palabra. Se me reveló un miedo irracional, primigenio. El de reconocerme sin protector ante lo improbable, lo impensable. Porque también eso era mi papá: la certeza de que, pasara lo que pasara, él estaría ahí.

Durante largas caminatas solitarias por la Ciudad de México pensé en él muchas veces. Eran los meses más álgidos de la pandemia. Algo evocativo de La carretera de Cormac McCarthy, donde padre e hijo caminan hacia la costa en busca de salvación, sorteando locura, hambre, degradación y caníbales. Un padre monosilábico con una voluntad férrea de mantener viva la bondad en su hijo. Pues reconoce en él niño la última esperanza de lo humano.

El audiolibro en inglés de esta novela es un gran ejemplo del poder de la voz humana y el talento interpretativo para hacerte vibrar. Lo que el actor Tom Stechschulte logró al dar vida al narrador, al padre, al hijo, así como a los personajes incidentales, es asombroso. Llena de emoción los diálogos que en esta novela resultan tantos y tan relevantes, no por la extensión de sus frases, sino por la profundidad de las pocas y los silencios que sugiere.

En uno de los pasajes más potentes del libro, el padre le dice al niño:

- Tienes que llevar el fuego.
- No sé cómo hacerlo –responde el niño–.
- Sí que lo sabes.
- ¿Es de verdad? ¿El fuego?
- Sí
- ¿Dónde está? Yo no sé dónde está el fuego.
- Sí que lo sabes. Está en tu interior. Siempre ha estado ahí. Yo lo veo.

Es que también hay los buenos padres, los que son héroes para sus hijos, como el de Héctor Abad Faciolince en El Olvido que Seremos (existe película y libro) "Yo quería a mi papá con un amor que nunca volví a sentir hasta que nacieron mis hijos", dice el autor. Hay quien distingue el amor hacia el padre o hacia la madre, reduciendo muchas veces al primero. Para Abad, su papá era lo más grande. "La idea más insoportable de mi infancia era imaginar que mi papá se pudiera morir, y por eso yo había resuelto tirarme al río Medellín si él llegaba a morirse".

Otros padres, no pretenden ser héroes. Como Wajdi Mouawad que le escribió una carta a su hijo, muy pequeño aún, en esos días de pandemia cuando la muerte acechaba al mundo entero: No he de salvar al mundo. Y aunque ni siquiera intente salvarlo, puedo al menos desaprenderte el miedo. Ayudarte a no dudar, llegado el día, cuando debas escoger entre tener valentía o tener una lavadora. Enseñarte sobre todo porqué jamás hay que repetir las palabras de Caín, por el contrario, que siempre veas por el bien de tu hermano. No temas arriesgarte.


Otros padres pueden ser egoístas, ver por sí mismos antes que por sus hijos. En Interestelar de Christopher Nolan (2014) un padre elige salvar al mundo en vez de cuidar a su hija cuando el mundo se está viniendo abajo. Porque los papás son también hombres mundanos, con sus propios sueños. Y toca a los hijos exonerarlos a tiempo. En vida. Con la palabra.

"Nadie me creyó, pero yo sabía que volverías."
El padre, sorprendido, pregunta: "¿Cómo lo sabías?"
La hija responde: "Porque mi papá me lo prometió."

Aunque también hay padres que no alcanzan la absolución. Los ausentes, los violentos, los que no creen. Como el padre del escritor guatemalteco Eduardo Halfon, al que le escribe un amargo texto lleno de dolor y reclamo en Saturno.

Es un libro breve, escrito desde la herida, desde la ausencia. Halfon recuerda a su padre y escribe: "Mi padre era capaz de una crueldad tan fría que a menudo me preguntaba si alguna vez había conocido el amor."

El título hace referencia al dios romano Saturno, conocido por devorar a sus propios hijos para evitar ser derrocado por ellos. Porque en este libro de Halfon la crueldad, el miedo y la opresión son temas centrales y cicatrices que el lenguaje, quizás, no logra cerrar.

"A pesar de que nos mirábamos casi a diario, no recuerdo la última vez que usted estuvo conmigo. Dirigirse la palabra, padre, no es hablar. Sentarse a comer juntos no es estar juntos."

Saturno (Jekyll & Jill, 2017) de Eduardo Halfon
Muchas veces, al hablar en voz alta, nos toca armar un rompecabezas sin imagen de referencia. "Las palabras tienen el poder de sanar, pero también de abrir heridas. Es un riesgo que tomo cada vez que escribo." dice Halfon.

Sí, hablar desde el corazón es un riesgo. Creo que quien pueda, debe tomarlo.


La respuesta a la pregunta
Volví a la casa familiar, donde vivió mi padre. Han pasado 20 años. ¿Qué tanto queda de él tras el espesor del tiempo? Silencios, palabras que nunca fueron dichas y figuras delineadas en las sombras.

En mi departamento actual, tan distante de esa casa, hay poco de mi padre. Vestigios apenas que a veces merodean mi memoria. Una foto. No está el recuerdo de su figura recorriendo la cocina, entrando por la puerta, acostado en su cama o sentado leyendo el periódico. No logro traer su voz al presente, ni la sonoridad de su risa. Recuerdo fotos, imágenes.

Huérfano de padre me convertí en un observador de los otros. Muchos años con recelo y envidia. Juzgándolos en silencio por desaprovechar las oportunidades que tenían al estar vivos, juntos, cerca.

Así es como lo observo a él. Al de él, mi compañero. Los veo ser padre e hijo. Los miro sin recelo ni envidia. Celebro sus risas y sus encuentros. Se hablan, se buscan, se ríen, se pelean y se vuelven a encontrar.

Me hacen añorar lo que nunca tuve. No tuvimos tiempo. O mejor dicho, no nos tocó ese tiempo. Mi padre pertenecía a otra época, fue marcado por otra historia. No supimos tomar la oportunidad.

A ellos dos los veo de cerca. Se comunican. Usan palabras para tejer su lazo. Y pienso que no hay nada más bello que las palabras. Aunque como dice Halfon, sanan y abren heridas. La carta de Wajdi resuena como un eco en mi cabeza: ¿Hay algo más urgente por decir que no sea el amor?

Mi papá y yo no fuimos mejores amigos. Fuimos padre e hijo.
Sé que hay algo de mi padre en mí. Como esas manías que me molestaban o tanto le criticaba. Ahora me río cuando las descubro. En aquel entonces, no le vi el humor.

Tendría alrededor de 13 años cuando le pedía que me dejara a unas calles de la escuela, porque ya había sucedido que me dejaba en la puerta y antes de que me bajara del carro me pedía un beso en la mejilla. Yo sentía docenas de pares de ojos mirándome inquisidoramente por semejante acto de vulnerabilidad.

Algunos años después de su muerte sentí arrepentimiento. Pero ahora me da risa.

A veces quiero decir a todos aquellos que no me han pedido consejo ni opinión que con los años se olvida la voz, las palabras sabias, el sonido de la risa. Que cuando pasa tanto tiempo los recuerdos son de las imágenes que quedaron impresas o grabadas, no se puede reanimar a las personas en la mente.

Quiero decirles que la muerte es sorpresiva, que el aire del calendario borra los recuerdos. Cómo alertarles que nos vamos quedando solos, tristes, huérfanos.

Yo a mi padre le he llorado, le he reclamado, le he extrañado. Tanto y tantas veces. Una vez me visitó en un sueño, y me abrazó. Su historia conmigo no se dejó de escribir el día de su muerte, sigue haciéndolo.

Por eso le pienso. Nos escribo.
Y cuando no me acuerdo, me río. A veces me lamento.
Y miro a los otros. Quisiera aprehender su amor, aunque sea prestado. Aunque sea de otros padres.
¿Que qué queda de un padre cuando el tiempo lo borra?
Yo.

viernes, 30 de mayo de 2025

La gran mentira de la Inteligencia Artificial | Ramón L. de Mán

La gran mentira de la Inteligencia Artificial | Ramón L. de Mántaras

Resumen de un solo párrafo:
El renombrado experto en IA Ramón López de Mántaras argumenta que existe una exageración masiva sobre las capacidades actuales de la Inteligencia Artificial, especialmente en el ámbito de los grandes modelos de lenguaje. Critica la antropomorfización de la IA y el hype generado por grandes empresas tecnológicas con intereses económicos, alertando sobre los peligros reales de la desinformación y la falta de regulación, en lugar del peligro existencial a menudo invocado.

Puntos Clave:

Exageración del potencial de la IA: Mántaras critica la hiperbólica descripción de las capacidades de la IA, especialmente de los LLM, argumentando que se trata de sistemas de autocompletado sofisticados, pero que no razonan ni comprenden el lenguaje en el sentido humano.

Intereses económicos detrás del hype: Señala que las grandes empresas tecnológicas impulsan una campaña de marketing a gran escala para vender soluciones de IA que no aportan el valor prometido, exagerando sus capacidades para atraer inversiones.

El problema de la definición de "inteligencia":
La ambigüedad en la definición de inteligencia, tanto artificial como humana, contribuye a la confusión y al hype. Mántaras aboga por una terminología menos antropomórfica.

Peligros reales vs. peligros existenciales:
Se enfatiza la importancia de centrarse en los peligros reales de la IA, como la desinformación, la manipulación y la falta de regulación, en lugar de los escenarios apocalípticos de una IA consciente y maligna.

Necesidad de regulación y pensamiento crítico:
Mántaras aboga por una regulación sensata de la IA, especialmente en el ámbito de los modelos generativos, y por el desarrollo de un pensamiento crítico para discernir la realidad de la exageración en torno a la IA.


Resumen Extendido
Ramón López de Mántaras, una autoridad mundial en Inteligencia Artificial, desmonta en esta charla el exagerado discurso que rodea a la IA actual. Su principal argumento es que se está vendiendo una "moto" a gran escala, inflando las capacidades reales de los sistemas de IA, especialmente los grandes modelos de lenguaje (LLM). Mántaras afirma que estos modelos, aunque impresionantes en su capacidad de autocompletado, no razonan ni comprenden el significado del lenguaje de la misma manera que los humanos. Su funcionamiento se basa en la repetición de patrones aprendidos de enormes conjuntos de datos, lo que demuestra su incapacidad para manejar contrafactuales o situaciones no presentes en su entrenamiento. Experimentos como el análisis de aperturas de ajedrez con piezas permutadas muestran claramente esta limitación.

La crítica de Mántaras se extiende a las grandes empresas tecnológicas, a las que acusa de inflar el potencial de la IA con fines económicos, buscando atraer inversiones y maximizar beneficios. Esta exageración se ve reflejada en titulares sensacionalistas que describen a la IA como si fuese un ente consciente o capaz de realizar tareas complejas que, en realidad, no puede llevar a cabo. El experto destaca la necesidad de una terminología menos antropomórfica para evitar la confusión y la atribución de capacidades humanas a sistemas que simplemente procesan información.

En lugar de los escenarios apocalípticos de una IA superinteligente y maligna, Mántaras subraya los peligros reales: la desinformación, la manipulación, el sesgo algorítmico y la falta de regulación. La concentración del poder en manos de unas pocas empresas tecnológicas representa una amenaza significativa. A pesar de las declaraciones de algunos líderes tecnológicos sobre los peligros existenciales de la IA, Mántaras cuestiona su sinceridad, sugiriendo que se trata de una estrategia para influir en la regulación y mantener el control sobre el desarrollo de la tecnología.

El experto propone un camino a seguir que implica una regulación responsable y una mayor implicación pública en el desarrollo de la IA, incluyendo un mayor énfasis en el código abierto. Si bien reconoce los beneficios de la IA en campos como la medicina, advierte sobre la necesidad de un análisis crítico y una evaluación cuidadosa de los costes a largo plazo, incluyendo el impacto en el empleo y la posible redefinición de lo que significa ser humano en un futuro con IA omnipresente. Mántaras concluye enfatizando la importancia del pensamiento crítico y la necesidad de desconfiar de las afirmaciones exageradas sobre el potencial de la IA.

jueves, 22 de mayo de 2025

The return of the Rani

"A big coalition of evil against the Doctor" – What to expect as Doctor Who's Season 2 finale begins in 'Wish World'

Anita Dobson, Russell T Davies and director Alex Sanjiv Pillai discuss the return of the Rani, the stakes for the Doctor and Belinda, and other returning figures…

While fans are still reeling from the reveals of The Interstellar Song Contest, things are gearing up for the climactic two-part finale of Season 2; beginning with Wish World, where we can expect to see the Doctor and Belinda at the mercy of the recently bi-generated renegade Time Lady known as the Rani.

As for any other details? A lot of the final adventure remains a closely-guarded secret; but Anita Dobson (Mrs Flood/the Rani), Russell T Davies (writer/showrunner) and Alex Sanjiv Pillai (director) may have some extra bits of information to share below…

Wish World - Gallery
Anita Dobson (Mrs Flood/the Rani)
How hard was it to keep the secret of Mrs Flood's true identity?

It was very hard. Very hard indeed. You start to say a sentence, and you think, "No, I can't go down that road". You have to do exactly what Russell [T Davies] does, which is switch and take the conversation somewhere else. It was over quite a long period of time that I kept the secret, so it was hard. It was so exciting, though. I also had to keep my return to EastEnders quiet for a long time. So, I am getting really good at keeping secrets now [laugh].  

How was it to film the bi-generation scene with Archie Panjabi?  

It was so much fun. I saw the one they did with Ncuti [Gatwa] and David [Tennant] when Ncuti took over as the Doctor. I thought, "Wow, how did they do that?" When I got told it was going to happen to me and Archie, I was blown away. It was actually more difficult than you'd think, but it was great fun. It looked amazing. I have to say, Archie is a dream to work with.  

How did you react to the news of who Mrs Flood really was?  

I had a few suspicions of my own along the way. Throughout the series, my makeup artist and I used to discuss it, we'd say "She's that… oh no, she can't be." Another day, she'd say, "I know, she's this person," and I'd say, "No, I don't think so." I really wasn't sure. Once I found out, I had to be even more careful not to drop any secrets or give anything away.

Wish World - Gallery
The Rani is such an iconic character in the history of Doctor Who. What can you tell us about her?

She is a bit like the Doctor. She is the last Time Lady. I had thought for a while, "Am I the Rani?" A couple of other people asked me to, and I thought it would be exciting. When Archie came on board, I didn't quite understand it all until I learned we would be doing the split [bi-generation]. Then I got it, we're part of the same thing. We are one, except she plays the bossy one, I sit quietly and make notes. It was quite an exciting alliance. It was good fun to play.  

Archie and I clicked on the first day which is brilliant. That's what you hope for, this sympathy and connection between each other.  We had a lot of fun. We worked on a big set for the most part of the finale, and it was mind blowing. I loved my costumes so much. I couldn't believe the stuff I was getting to wear. It was all so lovely.  

What can you tell us about this two-part finale?  

When I went in to do some audio dubbing, I was really looking at the episode thinking how fantastic it is. I asked if I could watch a little bit further on as I hadn't watched all my parts back before, I literally gasped out loud. They said, "I hope you don't mind but we filmed your reaction because it was so truthful and so amazing." That's how exciting it is.  

Can you describe the finale in one word or phrase, what would it be?

Fantastic! It's completely unexpected, very exciting and I am very, very proud to be part of it.  

Wish World - Gallery
Russell T Davies (writer / showrunner)
Why did you decide to bring back the Rani?  

She's a classic enemy of the Doctor. Whenever you introduce any woman into any role on Doctor Who, half the internet seems to conject that she's the Rani. Sometimes, you just have to go with it. I think she's great in two ways. She's a famous classic villain if you know her. At the same time, she's not up there with the Master, the Cybermen or the Daleks, she's just a little bit more niche. That's good. That allows her to become a new character for the newer audience, she's not weighted down in continuity. We don't spend a long time discussing exactly what she was doing in The Mark of The Rani (1985). She's fairly continuity-free.  

It's one of those things where you think we could have just made a new Time Lord and cast Archie Panjabi. That would have been wonderful. That would have been great. But, naming her the Rani leads us into this conversation about the character. It leads some children to BBC iPlayer, where they'll discover some great old stories with Colin Baker and Sylvester McCoy [the Sixth and Seventh Doctors respectively].  

For viewers who might not be familiar with the Rani, what can you tell us about her history with the Doctor?

She's one of the Doctor's enemies. She's a bit more interesting than simply being all evil because she was a scientist that was always more amoral than immoral. She'd do anything for science. In this story, we discover she's on her greatest experiment yet on a vast scale. Plus, she's coming back into a universe that's completely changed. There are no Time Lords. The Doctor thinks he's the last. That gives her a much bigger arena to play in. She's rarely operated on such a cosmic scale before, and this gives us a chance to scale her up.  

She was played in the old days by Kate O'Mara who was a fine actor, a really fine actor. She was very famous in her day. She left Britain and became part of the Dynasty empire, she played Joan Collins' sister, Caress.  

She also very openly and honestly did a lot of television in order to earn money for her own company to put Shakespeare on stage. She was a wonderful woman, and I wish I had known her. We dedicated the readthrough of this episode to Kate O'Mara.  

Time and the Rani
Kate O'Mara (left) as the Rani with Sylvester McCoy (the Seventh Doctor) and Bonnie Langford (Mel Bush) in 'Time and the Rani'.
How was it to write for the Rani?  

Enormous fun, because I think it's a great character. I love Kate O'Mara's portrayal. But at the same time, it's kind of blank. You can put her into whole new areas. As I said before, she's now in a universe she's never been in before.  

In the past, she was a Renegade Time Lord. Now, she's the only Time Lady in existence. So that ups the stakes for everyone. It was enormous fun. And once we knew we had Archie, that was a very big playground that opened up to us.  

How did Archie playing the role come about?  

It was an immediate offer. I think our director Alex [Sanjiv Pillai] had worked with her before. Also, one of our producers, Phil Collinson, had worked with her before on a BBC One series called Sea of Souls, just before she went to America and did The Good Wife. It's always very helpful when you can approach an agent but also approach the actor with a text saying "Hello" at the same time.  

She was just delightful. It was an immediate "Yes." We're so lucky that she was free. She lives in America now and has such a lot of work over there, but fortunately our dates fitted. It was a very exciting day when she said "Yes." It was the only offer we made.  

Archie Panjabi
What can fans expect from the two-part finale?  

The Rani is famously a scientist, and now she's a scientist walking into a world where a Pantheon of Gods has been awoken, which is magic in the air. She simply finds it fascinating. To her, it's a different form of science, she's not there to reject it.  She's a true scientist with a very open mind. True scientists have open imaginations. Saying, "Yes we can go to the moon," "Yes we can travel in time," "Yes, there's anti-gravity."

The problem with her experiments and her ideas is that she doesn't care how many lives she loses along the way. We'll see her running experiments on a massive scale. The very first scene of the two-part finale will really take people by surprise as to what she's up to. And from then on, it never stops. It's a huge extravaganza.  

Will Mrs Flood still be involved?  

What you get now is the two Ranis working together. Mrs Flood is still calling herself Mrs Flood. As viewers saw at the end of episode six, it's a fantastically servile relationship where she sort of becomes the Igor to the Rani's Frankenstein. I can tell you, those two loved working together so much. It was beyond words. They had such a laugh together. I don't think we have any interviews or behind-the-scenes footage of them separately because they never left each other's side. They got on so well. It's a delightful partnership. It's really fun, and very powerful. The Doctor is immediately up against two enemies instead of one.  

Everyone is coming back for the finale. We've got Ruby [Millie Gibson], Kate Lethbridge-Stewart [Jemma Redgrave], Colonel Ibrahim [Alexander Devrient], Shirley [Ruth Madeley] back, and also Mel [Bonnie Langford] is back. Conrad [Jonah Hauer-King] is back too. The last we saw of Conrad he had been imprisoned, but the prison governor turned out to be Mrs Flood and she was unlocking him from his prison cell. He's now part of this big coalition of evil against the Doctor.

Wish World - Gallery
Alex Sanjiv Pillai (Director)
What's it like to come back and direct the two-part finale of season two of Doctor Who?

Russell [T Davies] asked me to come back while I was filming the Christmas episode [2024's Joy to the World]. I was overjoyed to be able to stay with the Doctor Who family. I finished the editing of the Christmas special, had a couple of weeks off, and then I was straight back into it. It really felt like I had never left.  

What would you say the tonal differences are between the Christmas episode and the finale?  

There are huge differences. The Christmas episode is a broad family episode. We wanted it to be warm and give us a sense of family and belonging, with an emotional understanding of the people that we love and may have lost. It includes all those emotions that Christmas really evokes. Like a warm cup of tea.  

For Season 2, the idea was to have a punchier, more dramatic, more tense, scary even, set of stories. The two-part finale, Wish World and The Reality War, is a culmination of all those things. We want to thrill, we want to shock, we want to absolutely terrify.

What can you tease us about the sets and the costumes that we'll be seeing in this episode?  

At the heart of it is the Rani, who is played by the incredible, Emmy award-winning Archie Panjabi.  

Her costume was a subject of many meetings with our incredible costume designer, Pam Downe. The idea was to make something that made her look powerful. One of the executive producers was talking about the original eighties look of the Rani and suggested giving it a bit of a punky spin. This developed into the spiky leather look for Archie, and it fitted her like a glove. She swaggers about in the costume like a woman in-charge of the entire universe, which is of course what she is.

We give her one of the largest sets I've worked on. The unusual thing about the set is that it has a ceiling. Phil Simms, our production designer, created a huge dome above, very much like you're walking onto a James Bond set. At one point we had four cameras on the set, one on a crane, as there was room for it, and that's important because the action in there is huge. We're talking about universe-spanning cosmos-defining action between the Doctor and the Rani, and we really had to show the scale.

Wish World - Gallery
What was it like to work with Ncuti, Varada and Millie?  

They all have a really great chemistry. There's a close dynamic between Ncuti, Varada and Millie. I've got to say that's the secret of the Doctor and the companions, they have to really bounce off each other in real life and on set. They enjoy being around each other, and I think the camera shows that.  

This episode will go down in history with the re-introduction of the Rani. What was it like keeping this secret?  

It's easy to keep secrets on Doctor Who, because we know how much it means. I don't want to let anyone down on the creative side or on the fan side by giving away story points.  

I've been a Doctor Who fan all of my life and I'm very privileged to be part of that team, and it's therefore very easy to know the importance of the story material.

I was thrilled to know that the Rani was coming back. I was more thrilled when Archie came on board. I've known her for a number of years, and I've worked with her before. And wow, she embodies the part.  

What can you tell us about Archie Panjabi and Anita Dobson's dynamic?  

It was like they had known each other all their lives! Anita Dobson, like Archie, is the most fabulous, interesting, pleasant and kind person. They spent their time between shots nattering away in the corner. They became great friends.  

Mrs Flood and the Rani are two parts of the same character. Anita plays subservient to the more dominant side of the Rani which is played by Archie. So, on-screen a great dramatic dynamic created by Russell, and off-screen, a barrel of laughs.  

If you could describe the episode in one word or phrase, what would it be?

Colossal.

La era dorada de la IA está sucediendo ahora mismo (aquí está el porqué)

La era dorada de la IA está sucediendo ahora mismo (aquí está el porqué)
Greg Isenberg

Los emprendedores Jonathan Courtney y Greg Isenberg exploran cómo las herramientas de IA, especialmente GPT-4.5, han revolucionado la forma de emprender y operar negocios. Ambos coinciden en que el acceso a modelos avanzados como ChatGPT Pro, Claude y Notebook LM ha transformado radicalmente sus procesos internos, permitiéndoles alcanzar niveles de productividad antes reservados para grandes equipos.

Destacan que muchas tareas que antes requerían meses y miles de dólares, como crear un white paper o campañas publicitarias, ahora pueden completarse en minutos con mejor calidad y menor costo. Subrayan que el verdadero poder no radica solo en automatizar tareas, sino en ampliar capacidades creativas y estratégicas. Usar la IA como un "investigador junior" permite generar ideas, contenidos y ejecutar tareas repetitivas, liberando al emprendedor para centrarse en la visión y el criterio humano.

Proponen la idea de automatizar procesos creativos tras validar manualmente su efectividad, logrando producción constante y escalable. Además, advierten que esta era de herramientas potentes y baratas es una oportunidad temporal de arbitraje, ya que los precios probablemente aumentarán al dejar de estar subsidiados por inversores.

Finalmente, sugieren que el éxito no depende del acceso a las herramientas, sino de la habilidad para dominarlas y aplicarlas eficazmente. Recomiendan que los fundadores no deleguen esta curva de aprendizaje, sino que integren la IA en su flujo diario. Incluso sugieren un modelo de negocio emergente: consultorías para ayudar a pequeñas empresas a implementar la IA, similar a las agencias de redes sociales en sus inicios.

El mensaje central es claro: dominar la IA hoy ofrece una ventaja competitiva única, pero requiere acción y compromiso inmediato.

La IA es ahora esencial: GPT-4.5 y otras herramientas han pasado de ser curiosidades a activos indispensables para los negocios.

Aumentos masivos en productividad: Tareas que antes requerían meses y miles de dólares ahora pueden realizarse en minutos gracias a la IA.

El poder del fundador solitario: Un solo emprendedor puede operar al nivel de un equipo de más de 50 personas aprovechando la IA.

Construcción de audiencia primero: La creación de contenido y el desarrollo de audiencia son fundamentales en la estrategia empresarial moderna y fácilmente escalables con IA.

Marketing con vibra: Automatizar flujos de trabajo manuales probados en una producción de marca constante define una nueva era del marketing.

La ejecución es escalable: Más allá de la ideación, la IA se encarga de la ejecución—redacción de guiones, generación de anuncios y producción de videos sin rostro.

Aprende las herramientas personalmente: Los fundadores deben interactuar directamente con las herramientas de IA para comprender su potencial y evitar estancarse.

Arbitraje temporal: El acceso de bajo costo a herramientas avanzadas de IA es una oportunidad a corto plazo; probablemente los precios aumenten.

Gusto + instrucciones = poder: Los resultados de la IA son tan buenos como las instrucciones humanas, el criterio y la intuición para editar.

Mina de oro en consultoría: La consultoría en adopción de IA para pequeñas empresas representa una oportunidad de negocio lucrativa a corto plazo.

Golpe tras otro

Golpe tras otro

Algo que caracteriza al priismo guinda es su obsesión con la historia, ya sea reescribiéndola o tergiversándola para ajustarla a su narrativa como el crear obras, por muy inútiles que sean, para ser recordados en los libros de historia y que su nombre sea recordado por generaciones.

Lo peor es que lo están logrando, lo bueno es que no es por ser ejemplos de virtud como ellos se imaginan, sino por ser de lo peor del pueblo mexicano.

Esto es debido a que esta semana, se anunció la suspensión de la visa americana a la gobernadora de Baja California Norte María del Pilar Ávila y su esposo el empresario Carlos Torres, siendo la primer gobernadora en funciones en la historia nacional que sufre de este tipo de sanciones por parte del gobierno estadounidense.

Argumentando una "decisión administrativa", la gobernadora ha querido minimizar el hecho argumentando que "no se necesita visa para ser gobernadora", diciendo que no le han congelado ninguna cuenta bancaria en el país vecino porque no las tiene (pese a que reside en Estados Unidos), y evadiendo dar explicaciones a los medios calificando de misoginia que se le cuestione sobre el tema, lo cierto es que la visa se le suspendió con base en una investigación por parte de Washington a la pareja por posibles nexos con el crimen organizado, así como el intento de Carlos Torres por entrar a la unión americana con documentos falsos.

No conformes con eso, mientras el aparato gubernamental trata de mitigar los daños y proteger la imagen de la presidente, un artículo del medio ProPublica, existe una lista de funcionarios y exfuncionarios del gobierno mexicano, incluyendo miembros del gabinete de la presidente, siendo el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, el nombre que suena como el posiblemente segundo gobernador en ser suspendido.

Con este par de movimientos, la administración del presidente Donald Trump aumenta la presión para ver resultados más contundentes en el control de migrantes y combate al crimen organizado por parte de México, especialmente en materia del tráfico de fentanilo, por un lado, y de cara a las negociaciones del TMEC que se darán en el 2026 por el otro.

Adicional a esa presión, Claudia Sheinbaum también tiene la presión de que esa misma semana, 17 miembros de la familia Guzmán, líderes del Cartel de Sinaloa, que figura Ovidio Guzmán y su madre, se entregaron en la frontera con Estados Unidos, llegando Ovidio al acuerdo de declararse culpable de narcotráfico a cambio de información a las autoridades federales.

El asedio al priismo guinda continúa y se intensifica, y en cualquier momento, como buen gobierno autoritario, recurrirán a las clásicas purgas para tratar de salvarse y salvar a su fundador, el hoy expresidente López Obrador. La cuestión es cuál de las tribus de Morena será la primera en entregar a uno de los "compañero de lucha", o hasta dónde dejarán colapsar al país con tal de mantenerse un minuto más en el poder. Veremos si el priismo guinda es una fuerte fortaleza o un castillo de naipes.